jueves, 18 de septiembre de 2008

Dulce miel



La herida se vuelve a abrir

y la sangre tiene
el mismo sabor
el dolor es el mismo,
lo siento,
fue mi amigo y ha vuelto
montado en la terrible idea
de sentimientos y palabras
tiradas otra vez a la basura

¡Cómo duele la herida
cuando sangra!
Aunque no conoces mi vida
te la regalo
junto con mi cuerpo
mis manos, mis mejillas
mi pecho,
para que lo abras con tus labios,
tu risa,
y veas con tus ojos nulos
un corazón que arde;
tu marioneta que agoniza.


G.J.//

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