domingo, 9 de marzo de 2008

Aficionado al delirio.



La ironía de la vida se presenta en cada momento, me imagino todos podrían hacer una gran lista.

La distancia entre las cosas se vuelve humana y sensible sólo en algunas ocasiones. Prefiero escapar del miedo y de las olas de emociones que son empujadas por algún recuerdo. Dejemos las cosas tal y como están, no vale la pena seguir buscando remolinos cuando el viento no se hace presente en paisajes de gente que lo espera.

Cualquier libro podría empezar así, dictando a las mentes la difícil estrategia de la huida y el grito, intentando calmar la angustia de estar atrapado bajo una muralla que cae en la espalda todos los días al despertar empujada por ogros que no se cansan de trabajar y combatir.


Dejando de lado la hipocresía mirémonos las caras y pensemos que la realidad de las personas es radicalmente incomprensible en varias direcciones. Incluso mirándome al espejo me quedan la mayoría de preguntas sin responder en cada segundo, si tuviera que darles un consejo sería que no se observen al espejo, nuestra cara no está hecha para ser vista por nosotros mismos sino por los demás, para que las mentiras sean para ellos y no para nosotros.


Te toca!

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